El uso del pasado en el presente ha sido y es un arma política. Cada presente histórico tiene su mirada particular sobre su propio pasado, que muchas veces responde a “explicaciones” que desean darse. ¿Quién venció en la Segunda Guerra Mundial? La justeza histórica nos dice que el ejército rojo, dado los cerca de 27 millones de soviéticos, entre civiles y militares, muertos. Ellos fueron los únicos que, con eficacia, se enfrentaron a los nazis. Defendían su suelo, su nación. Por ello es que la llaman la “Gran Guerra Patria”.
Los nazis cometieron muchos delitos pero el mayor fue la guerra que desplegaron contra todos los pueblos del mundo, incluido el alemán. “Los nazis sabían que cuanto hacían era condenable”, afirma Manuel Caballero en su libro Pasión de Comprender. Y señalaba, con preocupación, la corriente historiográfica reciente que niega el holocausto que, no por casualidad, coincide con la aparición de grupos neofascistas en algunos países europeos. Por ello, fue muy digno el homenaje que hizo el viernes pasado el ministro de asuntos exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier pidiendo “perdón por esos inconmensurables sufrimientos que los alemanes causaron aquí”. “Me inclino, siendo alemán, ante éstas víctimas”, dijo. … “Alemania debe responder por la Segunda Guerra Mundial”, destacó Angela Merkel, el domingo… y “nosotros, los alemanes, tenemos que enfrentar lo que hicimos durante la época del nacionalsocialismo”.
El sentido de responsabilidad histórica que fluye de sus palabras contraría la posición de otros que intentan desvirtuar la historia. Obama la desprecia mientras no sea para justificar la “excepcionalidad” de su país. Entonces allí habla de sus héroes. Los dirigentes europeos se taparon los ojos y no quisieron enterarse lo que ocurría en Moscù. Hollande se fue a Cuba, Cameron se ocupó de sus elecciones internas, Obama desapareció y los países sojuzgados por los nazis ocultaron su cabeza como el avestruz.
La historia la escriben los vencedores simplemente porque los vencidos se han quedado sin voz. Es así como nace la historia oficial. La diferencia en esta ocasión radica en que a pesar del intento nazi de querer borrar a los rusos del mapa ellos todavía existen y escriben su propia historia. “Los aliados” de la hoy OTAN no fueron los únicos vencedores de la contienda. Decir o pensar otra cosa es sólo “mezquindad histórica” y quienes, por intereses geopolíticos contemporáneos, quieran contar otra historia, simplemente no podrán.
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